Comenta Cernuda que para la transformación de la vida en poesía es necesario un trabajo riguroso de escritura:
“Conviene aclarar que forma no es algo exclusivamente exterior, como idea tampoco es algo exclusivamente interior; forma es coincidencia de materia e idea, y en ella no es posible distinguir a éstas, como el alma no es posible distinguirla del cuerpo en el ser humano. La esfera propia del arte se sitúa precisamente entre la abstracción ideológica, filosófica o metafísica y la ciega materia natural. La tarea del arte consiste tanto en corporeizar la entelequia como en espiritualizar la materia.”
Luis Cernuda, Obra completa. Prosa II, ed. Derek Harris y Luis Maristany, Madrid, Siruela, 1994, p. 161.